
“Oh Coraza de la Sangre del Redentor; protégeme en todos mis caminos y batallas espirituales; cubre mis pensamientos, potencias y sentidos con tu coraza protectora, reviste mi cuerpo con tu poder.
Que los dardos incendiarios del maligno, no me toquen ni en el cuerpo, ni en el alma; que ni el veneno, ni el hechizo, ni el ocultismo me hagan daño; que ningún espíritu encarnado o descarnado me perturbe; que Satanás y sus huestes del mal, huyan de mí al ver la Coraza de Tu Sangre Protectora. Libérame de todo mal y peligro Gloriosa Sangre del Redentor, para que pueda cumplir la misión que me ha sido encomendada y dar Gloria a Dios.
Me consagro y Te consagro mi familia voluntariamente al Poder de Tu Sangre Protectora ¡Oh mi buen Jesús, libérame a mí y a mi familia y seres querido de todo mal y peligro.
Amén”.
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