
Oh glorioso arcángel San Miguel, príncipe de los ejércitos celestiales, concédenos nuestra defensa en la terrible lucha que llevamos contra los poderes del mundo de la oscuridad. Ven en auxilio de los hombres, a quienes Dios creó a su imagen y semejanza, y redimido durante gran parte de la tiranía del demonio.
Lucha en este día la batalla del Señor, junto con los Santos Ángeles, como una vez luchaste contra el líder de los ángeles caídos, Lucifer y sus seguidores, que perdieron la batalla y su lugar en el Cielo.
Esta antigua y cruel serpiente que sedujo al mundo fue arrojada al abismo con sus ángeles. Pero ahora este enemigo y destructor de los hombres vuelve a atacar.
Transformado en un ángel de falsa luz, invadiendo la Tierra con una multitud de espíritus malignos, para tratar de eliminar el nombre de Dios y de Cristo, para tomar posesión de la gloria eterna.
Este malvado dragón vierte la corriente más impura de su veneno del mal en las mentes de los hombres depravados y corrupto corazón, el espíritu de la falsedad, la impiedad, la blasfemia y todos los vicios y maldad. Nosotros te adoramos como un protector contra los poderes malignos del infierno; las almas de los hombres que tienen que formarse en la santidad.
Orar al Dios de la paz para poner el Satanás bajo sus pies, tan derrotado que no pueda volver a cautivar a los hombres a no hacer daño a la Iglesia.
Ofrecemos nuestras oraciones ante los ojos del Todopoderoso, para conseguir que la misericordia del Señor; y derrotar al dragón y la serpiente antigua, y encerrarla una vez más en el abismo, para que nunca más nos seduzca.
Amén.
Mirad la Cruz del Señor; aleja a los poderes hostiles. El León de la tribu de Judá ha ganado el linaje de David. Tiene misericordia de nosotros, oh Señor. En ti confiamos Señor, escucha mi oración Y que mi oración a Ti
OREMOS: ¡Oh Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo! llamando a su Santo Nombre imploramos su misericordia, para que, por la intercesión de María, siempre Virgen Inmaculada y Madre nuestra, y el Glorioso Arcángel San Miguel nos ayudes en la lucha contra Satanás y todos los otros espíritus impuros que andan por el mundo para herir a la raza humana y causar la ruina de las almas.
Amén.
San Miguel el arcángel, defiéndenos en la batalla, y no pereceremos en el día del juicio. San Miguel el arcángel, el primer defensor de la Realeza de Cristo, ruega por nosotros.
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