
“¡Oh Dios! atiende a mi ayuda: apresúrate, Señor, a socorrerme. ".
Sean confundidos y avergonzados los que soliciten quitarme la vida. Vuélvanse atrás y sean cubiertos de vergüenza los que me desean daño. Alégrense y regocíjense en Ti, los que te buscan y digan siempre los que aman la salud que les diste: sea glorificado el Señor.
En cuanto a mí soy menesteroso y pobre, por tanto. ¡Oh Dios! ayúdame. Tú eres mi protector y libertador, y así ¡Oh Señor! no me dilates más tu socorro. Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo: como era en el principio así ahora y siempre y por los siglos de los siglos. Así sea.
V. Haz salvos a tus siervos. R. Dios mío, que esperan en Ti. V. Sé para nosotros, oh Señor, una torre de fortaleza.
R. En presencia del enemigo. V. No tenga ninguna ventaja sobre nosotros el enemigo.
R. Y el hijo de la iniquidad no pueda dañarnos en algún modo. V. Oh Señor, no te portes con nosotros, como lo merecen nuestros pecados.
R. Ni nos recompenses según nuestras iniquidades. V. Hagamos oración por Nuestro Sumo Pontífice.
R. El Señor le conserve y le dé vida y le haga feliz en la tierra, y no le entregue en manos de sus enemigos. V. Hagamos oración por nuestros bienhechores.
R. Dígnate Señor dar vida eterna a los que nos hacen bien por tu santo nombre. Amén. V. Hagamos oración por los fieles difuntos.
R. Dales, Señor el eterno descanso y luzca para ellos la luz perpetua. V. Descansen en paz.
R. Así sea. V. Hagamos oración por nuestros hermanos ausentes. R. Salva a tus siervos Dios mío, que esperan en Ti. V. Envíales, Señor, tu auxilio desde el santuario.
R. Y desde Sion defiéndelos. V. Oye, Señor, mi oración.
R. Y mi clamor llegue a Ti.
OREMOS ¡Oh Dios! de quien es propio apiadarse y perdonar siempre, recibe nuestra súplica para que a nosotros y a todos tus siervos a quienes oprime la cadena de los delitos, nos desate liberalmente la misericordia de tu piedad.
Escucha Señor, como lo solicitamos, los ruegos de los que te suplican y perdona los pecados de los que te confiesan: para que nos concedas benigno el perdón y la paz.
Muéstranos, Señor piadoso, tu inefable misericordia para que nos libres de nuestros pecados y de las penas que por ellos merecemos. ¡Oh Dios! que eres ofendido con la culpa y aplacado con la penitencia: atiende propicio a las plegarias de tu pueblo que te súplica y aparta de él, el azote de tu indignación que por nuestros pecados merecemos.
Omnipotente y sempiterno Dios, apiádate de tu siervo nuestro Sumo Pontífice y dirígele según tu clemencia en el camino de la eterna salud, para que ayudándole tú, desee hacer las cosas que son de tu agrado y las lleve a cabo con toda energía.
¡Oh Dios! de quien dimanan los santos deseos, los rectos consejos, las justas obras: da a tus siervos aquella paz que no puede dar el mundo, a fin de que arreglados nuestros corazones a tus mandamientos y quitado el miedo de los enemigos, los tiempos sean tranquilos mediante tu protección.
Abrasa, Señor, nuestras entrañas y nuestro corazón con el fuego del Espíritu Santo, para que te sirvamos con cuerpo casto, y te seamos gratos con corazón limpio. ¡Oh Dios Creador y Redentor de todos los fieles! concede el perdón de tus siervos y siervas para que la indulgencia que siempre desearon, la consigan por nuestras piadosas súplicas.
Te rogamos Señor, prevengas nuestras acciones con tu inspiración, y las prosigas con tu ayuda para que toda nuestra obra y oración por Ti siempre empiece y en Ti siempre acabe.
Omnipotente y sempiterno Dios que dominas a los vivos y a los muertos, y te apiadas de todos aquellos que por su fe y sus obras sabes que han de ser tuyos: te suplicamos humildemente que por la clemencia de tu piedad siendo intercesores todos tus santos consigan el perdón de todos sus delitos, aquellos por quienes nos propusimos hacerte estas plegarias, tanto los que aun detiene en la carne el presente siglo, como los que ya desnudos del cuerpo recibió el futuro.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo que contigo y con el Espíritu Santo vive y reina Dios por todos los siglos de los siglos. Amén.
V. Oye, Señor, mi oración.
R. Y mi clamor llegue a Ti. V. El Señor omnipotente y misericordioso nos oiga. R. Así sea. V. Las almas de los fieles difuntos por la misericordia de Dios descansen en paz. R. Así sea.
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